Dicen ke el tiempo todo lo guarda...
y ke no pasan días para el alma kuando se siente arrebatada...
Dicen ke los animales llegan a morir de pena lejos de sus amos...
y yo supe a ke sabe ese sentimiento al kedarme sin tus manos...
Pero lo realmente importante es ke en siete días hizo dios el mundo...
y yo no pude olvidarte ni despues de 7 domingos al sol...
Eso me demostró...
ke yo no era dios...
aunke tú tal vez si fueses mi diosa...
porke llegaste kolandote por la ventana...
y decidiste hacerte fuerte en la última habitación...
de mi korazón...
Sonrio al pensar en esas noches de risas y de charlas...
en las mañanas de sueños y esperanzas kompartidas ante una taza llena de vacas...
eramos hijos del hambre y teniamos un mundo de sabores por delante...
pero la maldición de kien disfruta kuando el destino le da los dados llegó...
y tuviste ke marcharte...
Y aún rekuerdo la noche ke te metiste en mi kama...
y ese olor dulce ke dejaste en mi almohada...
tan tuyo y ke mio no llegó a ser...
y komo al despedirte se kedaron frías las sabanas...
y un invierno perpetuo anidó en mi korazón...
nevado por miedo a ke no pudieses volver...
Exo de menos tu sonrisa y tu mirada...
ke dos estrellas iluminen mi kasa en las noches de luna llena...
y en las mañanas de almas vacías...
y al revolverme en los bolsillos del deskaro...
enkontré los dados ke el destino...
una vez ya nos otorgó...
y ahora sólo te pido...
ke me kontestes sin pensar...
Dime princesa, kieres volver a jugar?
******
y ke no pasan días para el alma kuando se siente arrebatada...
Dicen ke los animales llegan a morir de pena lejos de sus amos...
y yo supe a ke sabe ese sentimiento al kedarme sin tus manos...
Pero lo realmente importante es ke en siete días hizo dios el mundo...
y yo no pude olvidarte ni despues de 7 domingos al sol...
Eso me demostró...
ke yo no era dios...
aunke tú tal vez si fueses mi diosa...
porke llegaste kolandote por la ventana...
y decidiste hacerte fuerte en la última habitación...
de mi korazón...
Sonrio al pensar en esas noches de risas y de charlas...
en las mañanas de sueños y esperanzas kompartidas ante una taza llena de vacas...
eramos hijos del hambre y teniamos un mundo de sabores por delante...
pero la maldición de kien disfruta kuando el destino le da los dados llegó...
y tuviste ke marcharte...
Y aún rekuerdo la noche ke te metiste en mi kama...
y ese olor dulce ke dejaste en mi almohada...
tan tuyo y ke mio no llegó a ser...
y komo al despedirte se kedaron frías las sabanas...
y un invierno perpetuo anidó en mi korazón...
nevado por miedo a ke no pudieses volver...
Exo de menos tu sonrisa y tu mirada...
ke dos estrellas iluminen mi kasa en las noches de luna llena...
y en las mañanas de almas vacías...
y al revolverme en los bolsillos del deskaro...
enkontré los dados ke el destino...
una vez ya nos otorgó...
y ahora sólo te pido...
ke me kontestes sin pensar...
Dime princesa, kieres volver a jugar?
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