.30 veces 1.



Caminando me encontré con el capitán… 
que me preguntó si seguiríamos combatiendo…

“Que te has creído... que me hago mayor???” 
“Lo que me pregunto es si sigues siendo un competidor??!!!” 
“Que sería de tí, pobre, sin un enemigo que te diese un poco de guerra…”

Enarcó una ceja y blandió su espada…
a lo que yo contesté con un…

“Lo siento, pero, es hora de la merienda…”

Y lo dejé allí, en pie de guerra…
Enarbolando su garfio y con el pesar a cuestas…

Seguí paseando y me encontré a una vieja amiga…
que decía que no sabía si le apetecía hacer, ahora, algo de magia…

“Ha perdido el encanto de aquellos días”
“Piensas eso aunque sonrías?”
“La sonrisa es la mayor de las mentiras”
“Cualquiera lo diría viéndote mover arriba y abajo esa varíta”

Frunció el ceño, se volvió y sin mirar atrás…
salió volando con sus pequeñas alitas…

Y pensé que tanto va el cántaro a la fuente que al final se seca…
y si no es una doncella, que es aquello que se acerca?

“Son tus deseos de no llegar a la treintena???!”
“No lo sé… Dímelo tú… pequeña…”
“Este no es el país de nunca jamás”
“Que es entonces?!”
“Es la ciudad del nunca es para siempre”

Me senté y observé al rededor hasta ser consciente…
de que me equivoqué de cuento… 
pero no de personaje…

La juventud es fugaz…
pero la felicidad…
si es a tu lado…


.durará eternamente.

*****

.30 veces 1.
.15 vidas 2.

.Por qué.




Tal vez muchos se rían o piensen que pierdo el tiempo cuando podría dedicarlo a otras cosas más importantes, como hablar de la crisis mundial, el desastre de Filipinas, las guerras de Oriente Medio, el deterioro del planeta, la publicación de un libro machista escrito por una periodista, y tantos o más etc. Pero hoy, y sin que sirva de precedente, voy hablar de fútbol. 

Como muchos de vosotros sabréis y otros no tanto, soy madrileño de nacimiento, he sentido indiferencia por el fútbol gran parte de mi vida, posteriormente he sido madridista por herencia familiar y finalmente bético, que es el sentimiento sobre el que hoy os vengo a hablar.

El Betis está último en la clasificación de liga, y eso en Sevilla es sinónimo de guasa, risas, enfados, riñas y mucho más cuando el próximo partido es contra el eterno rival. Así que no veo mejor momento para explicar lo que yo defino como sentimiento verdiblanco.

Hace ya tantos años que vine a Sevilla a disfrutar de unas vacaciones que ni siquiera recuerdo el año, pero lo que sí recuerdo es que coincidió con la disputa de un derbi al que, por suerte o por desgracia, asistí. 

En ese partido perdimos en casa contra el eterno rival. 0 a 1. Un gol casi al final del partido que dejó al equipo de Denílson, Joaquín y Alfonso bastante tocado, aunque finalmente esa temporada acabásemos por delante de ellos. 

Fue en ese partido, en los minutos posteriores al gol del Sevilla en el que me enamoré del Betis y de su afición, que no dejaba de cantar, de llorar, de alentar a su equipo hasta el final, fue entonces, cuando decidí que el Betis y todo lo que ello conlleva serían mi bandera en el fútbol desde ese momento y en adelante. 

Desde ese instante intenté seguir a “mi Betis bueno” siempre que podía, pese a la desinformación reinante que existe en la capital con los equipos que no son R.Madrid o Barça, venía a Sevilla a ver los partidos siempre que tenía ocasión. 

Fue hace unos años cuando encontré por internet (y hoy en mi whatsapp) este texto que me llegó al alma y que ahora reproduzco sin saber aún quien es su autor pero que describe a la perfección lo que sentimos los verderones en el corazón al explicar porqué somos del Betis.

"Mi hermano Diego tiene 9 años. Está en la edad de elegir equipo, algo que decidirá sus amistades, muchas alegrías, mucho sufrimiento y de verdad lo creo, su personalidad. Hace dos semanas me preguntó por qué era del Betis, entonces me quedé con las ganas de explicárselo todo, ahora lo hago con esta carta. 
Diego, soy del Betis por lo que cabe en él: la risa, la paciencia eterna, los goles en contra al final del partido y la increíble respuesta a tiempo. En el Betis cabe lo distinto: un alemán negro, un brasileño rubio, un guineano de Valladolid, un portero sin dedos, un suizo beligerante. Caben bicicletas que no llevan a ningún sitio, pero emocionan y valen más que cualquier fortuna, caben delanteros inofensivos, la maldición del extremo izquierdo, el gorro de Finidi, el fallo de Cardeñosa, el penalti de Joaquín, los goles de falta de un portero, el manquepierda, las rimas de Melado, el Currobetis, los 21 penaltis contra el Bilbao, las lágrimas de Esnaola, el regate de la tostá, un escudo masónico, las marchas verdes. En el Betis cabe el sentirse raro al ganar, la pasión por sufrir, el absurdo, el no saber explicar por qué y sin embargo nunca dudar de que hay algo especial que lo rodea todo. 
El Betis nació para evitar una injusticia a un minero: era suficientemente bueno jugando al fútbol pero no suficientemente rico. 
Desde entonces, al Betis le roban lo que regala, se ríe de los puristas, de los resultadistas de lo que es útil pero feo, es un 2-4 en la inauguración del Pizjuán. Es sorpresa, no es fútbol es balompié, el Betis es sacar el balón jugado cuando no se puede, la poesía frente al informe, la resaca, no la aspirina, Rogelio comiéndose un huevo duro que le tiraron en un derbi, la broma antes que el esfuerzo, es no saber perder tiempo, es desafiar al destino poniendo trece barras en su escudo o tener una peña en Chechenia. 
El Betis es la vena del cuello de Kiko Veneno cuando canta "El mundo es una tontería", el Rey don San Fernando conquistando Sevilla, Curro Romero abucheado, un cubata de Silvio, los canteranos que quedan por salir, los extranjeros que se quedarán a vivir aquí, una pegatina en una portada de la feria o un tetra brick lleno de cenizas y promesas. 
En el Betis cada jugada es el principio de una revolución preciosa que tarda pero llegará, los regates son desafíos al orden, la gente, quijotes orgullosos de haberse equivocado al elegir y de participar en una mentira que vale la pena."


Por todo lo que se lee y más, soy del Betis, manquepierda y hasta que muera. Y si no lo entiendes, no pasa nada, es normal, tú no eres del Betis.

PD: Que disfrutes con el deporte, sea cual sea, no te hace menos inteligente ni indiferente al resto de sucesos mundiales, así que os pediría que os ahorraseis calificativos como "otro tonto con el seso sorbido por el fútbol", etc. Muchas gracias.